En una hazaña sin precedentes, Hubert Wilkins lideró una expedición científica para cruzar el Océano Ártico por debajo de los hielos del Polo Norte en un submarino bautizado Nautilus, en honor al de Julio Verne. El objetivo era llevar a cabo una serie de observaciones científicas en condiciones extremas, desafiando el escepticismo de la comunidad científica.
Con el apoyo de instituciones como la Sociedad Geográfica Americana y el Instituto Carnegie, el plan incluía 15 ambiciosos objetivos, entre ellos estudiar corrientes marinas, composición del agua, magnetismo, gravedad, flora y fauna árticas, y la estructura geológica del fondo oceánico.
El submarino usado, el U.S.S. O-12, fue cedido por EE.UU. y reformado especialmente. Contaba con tecnología avanzada, víveres para dos años, máquinas perforadoras para atravesar el hielo, cámaras de observación, y sistemas de emergencia.
La ruta completa incluía Nueva York, Londres, Bergen, el archipiélago de Spitzberg, el Polo Norte, Alaska, Panamá y de nuevo Nueva York. La parte más peligrosa era la travesía submarina de 4.000 km bajo el hielo, que tomaría unos 42 días, saliendo a la superficie periódicamente para renovar aire y cargar baterías.
A pesar de sufrir averías en la primera etapa, la expedición no se detuvo. Aunque el comandante Danenhower admitía el riesgo de quedar atrapados bajo el hielo y convertirse en un "buque fantasma", todos estaban conscientes del peligro, motivados por el valor científico de la misión.
La expedición del Nautilus de sir Hubert Wilkins no logró su objetivo principal de atravesar el Océano Ártico por debajo de los hielos del Polo Norte. La expedición partió en 1931, pero el submarino Nautilus tuvo múltiples problemas técnicos desde el inicio, incluyendo filtraciones, fallas en los motores y daños estructurales debido al mal estado del buque (era un submarino militar viejo, cedido por EE.UU.).
Nunca llegó a realizar la travesía bajo el hielo ártico como se había planeado. La mayor parte del tiempo lo pasó en reparaciones. Finalmente, la misión fue abandonada, y el Nautilus fue hundido intencionadamente en el Mar de Noruega.
Aunque la expedición fracasó en lo operativo, fue un hito histórico por ser el primer intento serio de exploración submarina del Polo Norte, anticipando misiones posteriores más exitosas, como la del USS Nautilus (nuclear) en 1958, que sí logró cruzar el Polo bajo el hielo.
Biblioteca Nacional de España, 1931.