En
el año 1095, el Papa Urbano II al grito de “Dios lo quiere” hizo una apelación
a todos los cristianos de Occidente con el fin de conquistar Tierra Santa,
comenzaban así las cruzadas, 8 campañas militares que tuvieron lugar entre los años 1096 y 1291.
En
1096 partió desde Europa un gran ejército dividido en cuatro grandes grupos hacia Jerusalén. Tras
conquistar varias plazas en Siria, en junio de
1099 se plantaron 13000 cruzados ante las puertas de Jerusalén, dos tercios de los que habían partido de occidente (los
demás habían muerto o desertado).
Era
común emplear en los asedios medievales
torres de asedio y catapultas. El principio físico que rige el
funcionamiento de las catapultas es el de convertir la energía potencial
elástica almacenada en la catapulta en energía cinética, lanzando piedras de
hasta 90 kg pero a poca distancia. Esta energía la almacenaban de dos formas,
por tensión al tensar un metal o madera o por torsión al “torcer” unas cuerdas.
En
el programa A Hombros de Gigantes de RNE de hoy, 19 de mayo, y dentro de la sección dedicada
a explicar grandes hechos históricos, mitos y leyendas desde el punto de vista
de la física, hablamos de la conquista de Jerusalén por parte de los cristianos
durante la Primera Cruzada para explicar cómo funcionaban, desde el punto de vista físico, algunas armas
de la época. Puedes escuchar el podcast del programa en el siguiente enlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario