El nuevo balón del
mundial se llama Brazuca. Este balón está construido con 6 paneles
en vez de los 32 (12 pentágonos y
20 hexágonos ) de los balones más comunes.
Este balón ha sido
sometido a investigación por parte de investigadores del Instituto de Salud y
Ciencias del Deporte de la Universidad de Tsukuba, en Japón. El balón fue
sometido al test del túnel del viento demostrando su estabilidad frente a otros
balones, entre los que estaba el Jabulani, el anterior balón del mundial 2010
de Sudáfrica y que tan mal resultado dio al seguir trayectorias impredecibles
tras ser golpeado para sorpresa de los jugadores. El problema del Jabulani es que si bien tenía menos paneles y además
pegados térmicamente, sin prácticamente costuras apreciables lo que a priori parece algo positivo al quedar
un balón esférico y muy liso, resultaba desde el punto de vista de la
aerodinámica y para el dominio del balón un fracaso.
El flujo del aire, tras atravesar la
mitad de la pelota se divide en dos, se crea así en la zona de atrás de la
pelota una especie de vacío que tira de la pelota hacia atrás.
Las imperfecciones debido a la presencia
de las costuras sobre la superficie de la pelota generan unas pequeñas
turbulencias sobre ella que provocan que el aire se agarre más tiempo a la misma
lo que origina que la separación del flujo de aire tras ella se reduzca y de
este modo disminuya esa especie de vacio
posterior, con ello, la pelota llega más lejos y la trayectoria es más estable.
Si bien, como hemos dicho, el Brazuca tiene tan solo 6 paneles, se ha dotado a
su superficie de cierta rugosidad y a las costuras la suficiente profundidad, lo
que favorece los efectos aerodinámicos necesarios para el buen control de la
pelota por parte del jugador.
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