Tal día como hoy, 7 de abril, pero de 1966, Francisco Simó, un pescador de la zona, señaló el lugar donde estaba la cuarta bomba desaparecida tras el accidente de Palomares, acaecido el 17 de enero de dicho año y provocado por el choque entre un bombardero y un avión nodriza estadounidenses.
Las tres primeras bombas se encontraron rápido pero la cuarta costó más. Fueron necesarios 80 días, más de 30 barcos de la Armada de los Estados Unidos, 4 minisubmarinos y una ingente cantidad de marineros para encontrarla, eso sí, gracias a Francisco Simó, que señaló el lugar exacto donde la vio caer. A partir de ese día Simó fue conocido como “Paco el de la bomba”.
Días antes y tratando de calmar a la población, el embajador de Estados Unidos, Angier Biddle Duke, y el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, se daban el famoso baño.
Hoy en día la zona del accidente sigue contaminada con plutonio y americio.
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