En la prisión de Auburn, Nueva York, cerca de las seis de la mañana del 6
de agosto de 1890, un gran número de personas espectadores, periodistas,
electricistas y autoridades esperaban contemplar… la primera ejecución en la
silla eléctrica.
El ajusticiado era William Kemmler, un frutero de 28 años que asesinó a su mujer con ayuda de un hacha. En
definitiva, un mal hombre al que las autoridades condenaron a ser la primera
persona ejecutada en la silla eléctrica.
Este macabro invento se le ocurrió al ingeniero estadounidense Harold P.
Brown, a su vez trabajador de la empresa del todopoderoso Edison. En estos años
tenía lugar lo que se denominó como La Guerra de las corrientes y en la que
competían los que apostaban por la corriente continua con Edison y su empresa a
la cabeza y los que apostaban por la corriente alterna defendida por Nikola
Tesla y la compañía George Westinghouse.
Tras 17 segundos de angustia provocados por los cerca de 2000 V a que fue
sometido, el reo fue declarado muerto, pero, de repente, su cuerpo comenzó a
temblar. Tras un corto periodo de tiempo, llegó la segunda descarga y …la muerte.
El uso de la silla eléctrica fue decayendo en los EEUU en pro de la
inyección letal, pero creo que aún permanece como opción a elegir por el reo en
algunos estados.
En el programa A Hombros de Gigantes de RNE y dentro de la sección que
explica grandes hechos históricos, mitos y leyendas desde el punto de vista de
la física, nos trasladaremos con la máquina del tiempo para presenciar la
primera ejecución llevada a cabo en la silla eléctrica. Hablamos sobre aquel
macabro invento y aprovecharemos aquel pasaje para explicar algunas nociones de
electricidad.
Puedes escuchar el programa si pulsas sobre el siguiente enlace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario