Las tres primeras bombas se encontraron rápido pero la cuarta costó más. Fueron necesarios 80 días, más de 30 barcos de la Armada de los Estados Unidos, 4 minisubmarinos y una ingente cantidad de marineros para encontrarla, eso sí, gracias a Francisco Simó, que señaló el lugar exacto donde la vio caer. A partir de ese día Simó fue conocido como “Paco el de la bomba”.
Días antes y tratando de calmar a la población, el embajador de Estados Unidos, Angier Biddle Duke, y el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, se daban el famoso baño.
Hoy en día la zona del accidente sigue contaminada con plutonio y americio.

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