Adolf Hitler vio la luz en este mundo el 20 de abril de 1889 en una pequeña aldea situada en el límite fronterizo entre Austria y Baviera.
A los 13 años su verdadera vocación era ser pintor. A los 18 años, y con algún dinero dado por su madre,
emprende la aventura a Viena, quiere ser pintor y entrar en la Academia de
Bellas Artes.
Dos veces intentó entrar en la Academia de Bellas
Artes de Viena y en las dos obtuvo la
misma contestación:
“Prueba de
dibujo: insuficiente, no está capacitado en absoluto para ser pintor”.
A partir de este momento abandona la idea de ser pintor y se encamina hacia otros derroteros, cuyos resultados son de sobra conocidos por todos.
Por tanto,
podemos decir que el rector de la Academia de Bellas Artes de Viena pudo jugar un papel
fundamental en el devenir de los acontecimientos de la II Guerra Mundial. Si le
hubiesen admitido en la Academia de Bellas Artes seguramente hubiese estado
ocupado en otros proyectos, olvidándose quizás de la política y es posible que
no estuviéramos hablando de él.
En el programa A Hombros de Gigantes de RNE del 6 de mayo relatamos los intentos de Hitler por entrar en la Academia de Bellas Artes de Viena para explicar los fundamentos físicos del color. Puedes escuchar el podcast del programa si pulsas sobre el siguiente enlace.
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