
La Junta de Fe de la diócesis de Valencia
ordenó su arresto y tras dos años de cárcel en los que se mantuvo firme
en sus ideas fue condenado a muerte por hereje contumaz.
Entre otras cosas le acusaron de no creer en los postulados de la iglesia católica, de obligar a que los niños del colegio dijesen “Alabado sea Dios” en vez de “Ave María Purísima” y de no acudir a misa. Según algunas fuentes parece ser que Ripoll era deísta.
Naturalmente esta publicación no es , ni pretende, ser un ataque hacia ninguna creencia y a la buena labor que realizan muchas personas, pero sí a la sin razón de unos pocos. Estamos en la España de 2017, hemos cambiado, y actos así por desgracia se han venido realizando por distintas ideas y creencias a lo largo de la historia, pero me atrajo la penosa historia y la fecha..1826, no hace mucho.
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