Barcelona, junio de 1931, en la Plaza Monumental de Barcelons y ante más de cuarenta mil personas reunidas en el coso y otras veinte mil que quedaron fuera por falta de espacio, la Esquerra Republicana de Catalunya proclamó su visión de una España renovada.
En aquel acto, junto al venerado Francesc Macià , hablaron figuras clave de la nueva política republicana, entre ellos el alcalde de Barcelona Jaume Aiguadé, el consejero Ventura Gassol, el abogado y tribuno Lluís Companys… y una presencia que sorprendió y emocionó: el comandante Ramón Franco, héroe del “Plus Ultra”, andaluz, republicano y revolucionario.
Ramón Franco, hermano del entonces coronel Francisco Franco, representó el compromiso de una España unida desde la izquierda, que rechazaba tanto el separatismo ciego como el centralismo asfixiante. Cuando saludó a “una Cataluña libre” en nombre de “la Andalucía que quiere ser libre como ella”, la plaza estalló en una ovación unánime.
Ramón Franco no fue allí un mero invitado, sino parte activa de la candidatura de la Esquerra. Su inclusión, junto a Ángel Samblancat y otros no catalanes, mostró que aquella formación política tendía puentes entre los pueblos peninsulares.
Durante el acto, pudo verse también cómo Macià, lejos de representar un proyecto separatista, se reafirmaba como el líder de una izquierda catalana profundamente hermanada con el resto de España. Lo dijo una y otra vez: no querían una Cataluña contra España, sino una Cataluña libre unida a una España libre. En aquel mitin, Macià y la Esquerra Republicana luchaban por una Cataluña libre y federada dentro de una España republicana, y no por su independencia. Lo que rechazaban era la España reaccionaria y monárquica, no la España democrática y solidaria.
Ante la posibilidad de que una mayoría conservadora en las Cortes Constituyentes impidiera la aprobación del Estatuto catalán, Macià aseguró que continuarían luchando no solo por la libertad de Cataluña, sino también por la libertad de toda España, convencido de que las izquierdas revolucionarias españolas los acompañarían en esa causa.
No olvidemos que nos situamos en junio de 1931, un momento en el que tanto la postura política de Ramón Franco como la de Esquerra Republicana estaba aún en proceso de cambio.
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