Graves disturbios ocurrieron en Toledo en marzo de 1932 cuando huelguistas emboscados en las cercanías de un edificio en construcción, junto a la carretera de Madrid, abrieron fuego y arrojaron piedras contra un destacamento de guardias de asalto enviados desde Madrid para restablecer el orden.
El enfrentamiento dejó varios heridos graves entre las fuerzas del orden:
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El guardia chófer Juan Antonio Esteras, herido de gravedad en el vientre, en estado crítico.
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El guardia Moreno Ibáñez, con una herida grave en la pierna.
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El cabo Agapito García, con el maxilar y la lengua destrozados por un disparo.
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El teniente Moreno, comandante del grupo, herido en una mano y con dos balazos en la gorra.
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Otros guardias (López, González, Lozano) sufrieron heridas menores o rasguños.
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También resultó herido un civil, Fermín Lain, en una pierna.
El director general de Seguridad, señor Menéndez, visitó a los heridos en el hospital.
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