domingo, 2 de noviembre de 2025

La tragedia rural de Casas Viejas (enero de 1933)

En enero de 1933, la pequeña aldea gaditana de Casas Viejas se convirtió en escenario de una de las tragedias más sangrientas de la Segunda República Española. Un grupo de campesinos anarquistas, alentados por la propaganda de la CNT-FAI se levantó proclamando el comunismo libertario.

La revuelta comenzó el 11 de enero, cuando los insurrectos intentaron apoderarse del cuartel de la Guardia Civil y del Ayuntamiento, pero fueron repelidos tras un intenso tiroteo. Los campesinos, muchos armados con escopetas de caza, se refugiaron en los alrededores del pueblo y, especialmente, en la choza de Francisco Cruz Gutiérrez, apodado “Seisdedos”, quien, junto a su familia y algunos compañeros, resistió el asalto negándose a rendirse.

Las fuerzas de Asalto, llegadas desde Medina Sidonia y Jerez, rodearon la aldea. Tras varios intercambios de disparos, el cuartelillo fue defendido heroicamente, aunque dos guardias resultaron gravemente heridos. Luego, las fuerzas gubernamentales bombardearon e incendiaron la choza de Seisdedos, donde murieron calcinadas más de veinte personas, entre ellas mujeres y niños.

Se detuvo a numerosos campesinos y varios fueron ejecutados. El ambiente en el pueblo era de terror y silencio, con más de un centenar de fugitivos escondidos por los montes.

El suceso fue descrito como una “pira humana” y un símbolo del dolor rural andaluz, donde el hambre y la propaganda se mezclaron con la desesperación. 

Imagen: Biblioteca Nacional de España, 1933



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