lunes, 12 de abril de 2021

La carta del cardenal Belarmino al clérigo carmelita Paolo Antonio Foscarini

 

El 12 de abril de 1615, el cardenal Belarmino escribe una carta al clérigo carmelita Paolo Antonio Foscarini mostrando sus discrepancias so




bre la tesis heliocéntrica:

“Me parece que su reverencia y el señor Galileo actúan prudentemente cuando se contentan hablando hipotéticamente y no absolutamente, como siempre he entendido que habló Copérnico. Decir que con la hipótesis del movimiento de la Tierra y el reposo del Sol se explican todas las apariencias celestiales mejor que con la teoría de las excéntricas y epiciclos, es hablar con excelente buen sentido y no correr ningún riesgo. Esa manera de hablar es suficiente para un matemático. Pero querer afirmar que el Sol está, en realidad, en el centro del universo y que solamente gira sobre su eje sin ir de Este a Oeste, y que la Tierra está en el tercer cielo y gira con la mayor velocidad alrededor del Sol, es una actitud muy peligrosa y apta no sólo para excitar a todos los filósofos y teólogos escolásticos, sino también para injuriar nuestra santa fe a contradecir a las Escrituras

Como usted sabe el Concilio prohíbe exponer las Escrituras contra el común consenso de los Santos Padres. Y si su reverencia quisiere leer, no digo sólo los Santos Padres, sino los comentaristas modernos sobre el Génesis, sobre los Salmos, sobre el Eclesiastés y sobre Josué, encontrará que todos convienen en exponer literalmente, que el Sol está en el cielo y gira en torno a la Tierra con suma velocidad, y que la Tierra está lejanísima del cielo y está en el centro del mundo, inmóvil…

Si hubiese una verdadera demostración de que el Sol está en el centro del mundo y la tierra en el tercer cielo, de que el Sol no rodea a la tierra sino la Tierra al Sol, entonces sería necesario andar con mucho cuidado al explicar las Escrituras que parecen contrarias. Habría que decir que no las entendemos, más que decir que sea falso lo que está demostrado. Mas yo no creeré que exista tal demostración, mientras no me la muestren: y no es lo mismo demostrar que, si suponemos que el Sol esté en el centro y la Tierra en el cielo, se salvan las apariencias, y demostrar que el Sol está de verdad en el centro y la Tierra en el cielo. Porque la primera demostración creo que pueda existir, pero de la segunda tengo grandísima duda, y en caso de duda no se debe dejar la Sagrada Escritura, expuesta por los Santos Padres…“.


Años después, otro 12 de abril, pero de 1633, Galileo Galilei comparece ante el Santo Oficio, la Inquisición romana, por las ideas heliocéntricas mostradas en su libro "Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo".


Galileo durante el proceso de 1633

Cardenal Belarmino

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