La Puerta del Sol en 1931, el reloj y la bola: historia, símbolo y picardía madrileña
En 1931, todos los días, cuando el reloj de la Puerta del Sol en Madrid marcaba las doce, ocurría un momento cargado de tradición: la famosa bola descendía lentamente desde lo alto del edificio, marcando con precisión la hora. Este acto, lleno de simbolismo, reunía a transeúntes que se detenían para observarlo, ajustar sus relojes y, sin saberlo, participar de una escena típicamente madrileña.
El descenso de la bola a las doce provocaba también un curioso fenómeno social: los ciudadanos movían las manecillas de sus relojes, sincronizándolos con el de la torre. Sin embargo, ese momento de concentración era aprovechado por los conocidos “tomadores del dos”, ladrones especializados en sustraer relojes de bolsillo —“parlos” en su jerga— aprovechando la distracción general.
Biblioteca Nacional de España, 1931.
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