A mediados de junio de 1931 se celebró un mitin en Valencia para reafirmar la ideología republicana tras la proclamación de la Segunda República Española. Intervinieron dos figuras clave del gobierno: Manuel Azaña y Alejandro Lerroux.
Principales ideas del discurso de Manuel Azaña
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La República no es fruto de unas elecciones, sino de una revolución previa. El 12 de abril fue solo un fallo de jurado popular entre el pueblo y la monarquía.
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La revolución debe llegar "hasta la carne viva", eliminando todas las raíces del régimen anterior (la monarquía y sus estructuras).
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No basta con expulsar a la familia real; hace falta una transformación profunda del Estado.
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Azaña defiende una ruptura total con el pasado y una reconstrucción completa de la nación.
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La justicia popular por los abusos y crímenes de la monarquía (como el fusilamiento de los sublevados de Jaca) no debe limitarse a los tribunales ordinarios, sino ser un juicio político en las Cortes Constituyentes.
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Azaña subraya que lo importante no es redactar una constitución perfecta, sino que haya voluntad política real y revolucionaria para aplicar la justicia.
Principales ideas del discurso de Alejandro Lerroux
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La República debe transformarse en una estructura social completa: educación, justicia, producción, reconciliación entre clases.
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Propuso en Ginebra que Manuel B. Cossío (continuador de la obra educativa de Giner de los Ríos) fuese presidente de la República.
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Insiste en que el maestro es la clave del futuro del país, más allá de los recursos materiales.
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La República no es solo para los republicanos, sino para todos los españoles. Rechaza el sectarismo político.
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Advierte que los partidos deben organizarse seriamente, no como "muchedumbres" que dificulten el gobierno.
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Llama a la prudencia y a no alejarse del ritmo del pueblo, ni por exceso de prisa ni por exceso de lentitud.
Biblioteca Nacional de España, 1931.
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