domingo, 6 de julio de 2025

La I Copa España 1931. La primera vuelta a España en aviones de turismo

 Del 20 al 26 de octubre de 1931, se celebró con éxito la I Copa España – Vuelta Aérea a España, la primera gran competición nacional de aviación turística. Fue organizada por la Federación Aeronáutica Española, bajo el liderazgo del comandante Pío Fernández Mulero, y tuvo un doble objetivo: fomentar la aviación civil y demostrar la viabilidad del transporte aéreo en España.

Esta competición aérea tenía como propósito impulsar la aviación de turismo en un país con tanta diversidad geográfica como España. Además, buscaba animar a los pilotos españoles a utilizar más frecuentemente los aeródromos disponibles, tanto civiles como militares, así como estimular la industria aeronáutica nacional para que fabricara avionetas modernas, seguras y confortables. También se pretendía despertar en el público general el interés por conocer España a través de un medio rápido, cómodo y económico.

El recorrido constó de cuatro etapas que sumaban un total de 3.147 kilómetros, con un tiempo máximo permitido de 44 horas de vuelo. Las rutas fueron: Madrid–León, León–Granada, Granada–Barcelona y Barcelona–Madrid. Además de la prueba principal, se realizaron pruebas técnicas previas de despegue, aterrizaje, velocidad máxima y mínima, confort, accesibilidad, visibilidad, y otros aspectos técnicos y de seguridad.

En total, se inscribieron 26 avionetas, de las cuales 21 participaron en las pruebas técnicas, pero solo 10 lograron completar las cuatro etapas debido a la exigencia del recorrido y las condiciones meteorológicas.

El ganador absoluto fue Fernando Flores Solís, quien voló en una Monocoupe 90 (EC‑MAA) y se llevó la Copa España, además de 10.000 pesetas en premios. En segundo lugar quedó Carlos de Haya, también con una Monocoupe 90 (EC‑APP), quien obtuvo 7.000 pesetas. El tercer puesto fue para José María Gómez Puss, a bordo de un Puss Moth (EC‑NNA), que recibió 5.000 pesetas.

Además de los premios por clasificación general y por etapas, se otorgaron reconocimientos especiales: 5.000 pesetas al mejor motor nacional, 5.000 a la mejor célula (estructura del avión), y 2.000 pesetas a la avioneta que combinara mejor seguridad y comodidad.

La Copa España 1931 se considera un éxito técnico y organizativo. Supuso un hito en la historia de la aviación española, no solo por el nivel de participación y respaldo institucional, sino también por su impacto en la opinión pública y en el desarrollo del transporte aéreo como alternativa viable. Esta primera vuelta aérea sentó las bases para futuras competiciones, como la proyectada Vuelta Ibérica, con participación portuguesa.

Biblioteca Nacional de España, 1931.


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