En un contexto político polarizado, dos candidatos presentaron sus propuestas para el Ayuntamiento de Madrid en abril de 1931: uno republicano (Miguel Maura) y otro monárquico (Antonio Pelegrín).
Miguel Maura (republicano) propone:
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Reorganizar completamente los servicios municipales.
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Revisar contratos con grandes compañías.
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Municipalizar servicios cuando sea viable.
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Abordar de forma decidida el problema del extrarradio, enfrentando los intereses de grandes propietarios.
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Reformar radicalmente la enseñanza pública, con apoyo de figuras como Fernando de los Ríos.
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Promete una transformación democrática, limpia y renovadora del Ayuntamiento.
Antonio Pelegrín (monárquico) defiende:
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Continuar y desarrollar los proyectos ya iniciados por el actual Concejo.
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Resolver el problema educativo con inversión en escuelas y colaboración con el Estado.
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Construcción de un gran mercado central y mercados distritales para mejorar el abastecimiento.
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Seguir el plan ya iniciado para urbanizar el extrarradio, basado en los resultados del certamen internacional de anteproyectos.
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Continuar con el plan de construcción de 30.000 casas baratas.
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Decidir entre incineración o fermentación de basuras.
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Estudiar la purificación de aguas residuales para sanear el río Manzanares.
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