En la víspera del Día de Reyes, el 5 de enero de 1931, el dramaturgo español Jacinto Benavente decidió realizar un gesto profundamente humano y solidario: donar los ingresos de la lectura de su comedia De muy buena familia para comprar juguetes destinados a los niños pobres. Al enterarse de esta acción, las internas del Cárcel de Mujeres de la calle Quiñones, en Madrid, le escribieron una emotiva carta pidiéndole que no olvidara a sus hijos, pequeños que vivían con ellas en prisión y que, aunque no eran huérfanos, sufrían como los más necesitados.
Conmovido por la petición, Benavente accedió. Acompañado por la actriz Hortensia Gelabert, acudió personalmente a la cárcel el 5 de enero para entregar juguetes y compartir un momento afectuoso con aquellas madres y sus hijos. En el patio del antiguo edificio, el dramaturgo repartió regalos sencillos —muñecos, pelotas, juguetes de trapo—, que despertaron una inmensa alegría en los pequeños y un profundo agradecimiento en sus madres.
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