La votación de la Constitución de la Segunda República española tuvo lugar el 9 de diciembre de 1931 en el Congreso de los Diputados. Fue un momento histórico ya que marcaba el cierre del periodo constituyente iniciado tras la proclamación de la República el 14 de abril de 1931, y el inicio oficial de un nuevo régimen democrático y laico.
El acto comenzó con la lectura íntegra del texto constitucional por parte de un secretario, tras lo cual el presidente de las Cortes, Julián Besteiro, anunció el inicio de la votación. La sesión se desarrolló con el Congreso completamente abarrotado, reflejando la importancia del momento. Votaron afirmativamente 368 diputados, entre ellos figuras destacadas como Manuel Azaña, Largo Caballero, Lerroux y Fernando de los Ríos. Algunos grupos, como los agrarios y los tradicionalistas, se abstuvieron o ausentaron de la votación.
Tras conocerse el resultado, Besteiro proclamó oficialmente la promulgación de la nueva Constitución. En su discurso, el líder socialista destacó que la Carta Magna no era un punto final, sino el punto de partida hacia la consolidación de una España libre, democrática y moderna, en sintonía con el resto de los pueblos avanzados de Europa.
Dos días después, el 11 de diciembre de 1931, se celebró en el Congreso la ceremonia de toma de posesión de Niceto Alcalá-Zamora como Presidente de la República, elegido previamente por la Asamblea Constituyente. Durante el acto, Alcalá-Zamora pronunció su promesa solemne de cumplir y hacer cumplir la Constitución, y de consagrar su labor al servicio de la justicia y del país.
Paralelamente a estos acontecimientos, se vivió una crisis política iniciada por las dificultades de Azaña para formar un gabinete representativo. Su propuesta fue rechazada , lo que postergó la estabilidad del Ejecutivo. La crisis se resolvió en la madrugada del martes siguiente con la incorporación de Carner como ministro de Hacienda y Zulueta como ministro de Estado.
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