domingo, 31 de agosto de 2025

El golpe de Sanjurjo

 La sublevación militar que estalló en agosto de 1932 tuvo su reflejo en Madrid con el levantamiento de los jefes del cuartel de la Remonta, pero el verdadero centro de la sublevación estuvo en Sevilla, bajo el mando del general José Sanjurjo Sacanell, antiguo director de la Guardia Civil y una de las figuras militares más prestigiosas del momento.

La Segunda República española, instaurada en 1931, atravesaba una etapa de grandes tensiones políticas y sociales. Las reformas del gobierno de Manuel Azaña, especialmente las militares, agrarias y autonómicas, habían generado una fuerte oposición en sectores conservadores, monárquicos y militares. Muchos oficiales veían en estas medidas una amenaza a sus intereses y a la unidad de España.

En este clima, Sanjurjo se convirtió en el referente de un grupo de militares y civiles monárquicos que buscaban derrocar a la República y frenar el avance de las reformas.

El 10 de agosto de 1932, Sanjurjo encabezó la sublevación en Sevilla, logrando en un primer momento arrastrar a la guarnición local. Sin embargo, la mayoría de las guarniciones del país permanecieron fieles al gobierno, y en la propia Sevilla, la población no respondió al llamamiento golpista.

En pocas horas, los mismos militares que lo habían seguido comenzaron a abandonar la causa. Ante la falta de apoyo, Sanjurjo optó por entregarse a las autoridades leales. Fue detenido y conducido a prisión.

Mientras tanto, en Madrid, un grupo de jefes y oficiales comprometidos con la sublevación del cuartel de la Remonta intentó sumarse. Los guardias de Asalto y la Guardia Civil redujeron rápidamente a los insurrectos. Algunos de los jefes rebeldes fueron detenidos en el Palacio de Comunicaciones, donde intentaron tomar el control, y trasladados bajo custodia a la Dirección de Seguridad.

Sanjurjo fue condenado a muerte, pero su pena fue conmutada por cadena perpetua gracias a la intercesión de sectores conservadores y monárquicos. Años después, en 1934, recibiría un indulto y marcharía al exilio en Portugal, desde donde volvería a implicarse en conspiraciones contra la República.

El golpe de Sanjurjo mostró la fragilidad de la República. La “Sanjurjada” anticipó, en cierto modo, los movimientos que más tarde desembocarían en el golpe de Estado de 1936, mucho más organizado y respaldado por amplias facciones militares, que daría inicio a la Guerra Civil.

Biblioteca Nacional de España, 1932.


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