Margot Moles (1910-1987) fue una deportista española pionera en múltiples disciplinas, como atletismo, hockey, hierba, natación, esquí y lanzamiento de disco y martillo.
Margot Moles nació en una familia burguesa catalana con una importante tradición intelectual y social. Su madre provenía de una familia establecida en Barcelona tras hacer fortuna en Cuba, y su padre, Pedro Moles Ormella, era maestro y licenciado en Filosofía y Letras. Además, tuvo varios tíos destacados: Juan Moles Ormella, ministro durante la Guerra Civil; Enrique Moles, químico y físico de gran prestigio; y Odón Moles, médico y director de un centro psiquiátrico. Este entorno influyó decisivamente en su formación y carácter.
Formada en la Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Señoritas, se convirtió en una de las atletas más destacadas de los años 30, batiendo récords nacionales y representando a España en competiciones internacionales. En 1936 participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de Garmisch-Partenkirchen, siendo una de las primeras españolas olímpicas en deportes de invierno.
En 1928, Margot Moles comenzó a esquiar en la sierra de Peñalara, donde conoció al esquiador Manuel Pina Picazo, con quien formó pareja tanto sentimental como deportiva. Se casaron en 1934 en lo que fue llamado “la boda de los campeones”. Manuel Pina fue un destacado deportista y combatiente republicano durante la Guerra Civil, llegando a ser teniente de Infantería.
En 1939 tuvieron una hija llamada Lucinda. Mientras sus padres y hermano se exiliaron a México y luego a Estados Unidos, Margot decidió quedarse en Madrid.
Tras la Guerra Civil, Manuel Pina fue fusilado en 1942. Margot, debido a su vinculación con el republicanismo y la ejecución de su marido por el régimen franquista, fue apartada de la docencia de educación física y obligada a abandonar su carrera profesional. Durante el franquismo, trabajó en tareas domésticas y vivió en el anonimato, sin poder volver a ejercer como profesora ni como deportista.
En 1981 fue operada de cáncer de mama, y falleció en Madrid en 1987. Su figura quedó en el olvido durante décadas, hasta que a finales del siglo XX fue recuperada como símbolo del deporte femenino y de las mujeres represaliadas por el franquismo.
Biblioteca Nacional de España, 1932.